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Dibujo realizado con Quica
Aporte para la carpeta viajera de la Familia Valladares Amaya
Un cuento de una ardilla, su familia y un Duende
Autor: anónimo español
Había una vez, en un bosque muy hermoso donde vivían todos los animales en armonía, pero un Duendo muy gruñón que siempre protestaba con sus vecinos, que era una familia de ardillas compuesta por sus padres y cuatro hijitos que se llamaban María Agueda, Alejandro, Joaquín y Martina.
Un día el Duende gruñón estaba en su casita- que era un hongo- leyendo un libro muy interesante y no quería ser interrumpido hasta terminarlo de leer.
De repente alguien golpeó a la puerta y el Duende empezó a protestar. “¿Quién será?.¡Justo ahora! ¡Me molestan un sábado…!”
El Duende dejó de leer, fue hacia la puerta y miró por la mirilla y no vio a nadie. Entonces, abrió la puerta y se encontró con la ardillita más pequeña Martina.
Duende: ¿Qué querés?
Martina: Mi mamá necesita un kilo de harina. ¿Me puede prestar?
Duende: ¿Me la va a devolver¡
Martina: Sí, el lunes cuando abran los mercados.
El duende fue a su cocina, tomó un tarro de harina, pero como faltaba un poco para llegar a un kilo, entonces lo completó con talco y pensó: “Para que aprendan a no pedir”
Luego, se sentó en un sillón y continuó leyendo su libro, pero al ratito golpearon nuevamente la puerta.
Duende: ¿Ahora qué querés?
Joaquín: Mi mamá necesita tres huevos.
Duende: ¿Para qué necesita tres huevos?
Joaquín: Para hacer una torta.
El duende fue a la cocina y buscó los tres huevos más chiquitos y se los entregó. Volvió a sentarse en su sillón y continuó su lectura, pero volvieron a golpear a la puerta.
Duende: ¿Qué pasa ahora?
Alejandro: Mi mamá pide por favor si le presta una taza de azúcar
Duende: ¿Para la torta verdad?
Alejandro: Sí.
El duende, estaba tan enojado que fue a la cocina y puso sal en vez de azúcar y se la entregó a la ardilla Alejandro.
Luego, siguió leyendo su libro y cuando faltaban dos hojas volvió a sonar el timbre. El duende estaba furioso, pero cuando abrió la puerta se encontró con los cuatro hermanitos aridillas que gritaron….
Hermanitos ardillas: ¡Sorpresa¡
Duende: ¿Qué es esto?
María Agueda: Mi mamá sabe que mañana usted cumple años, por eso con los ingredientes que nos prestó le preparó esta torta. ¡Feliz cumpleaños!
El duende dijo gracias y entendió que no tenía que ser tan gruñón ya que por su propio egoísmo tenía una torta que no podía comer porque tenía sal y no azúcar.
~ FIN ~
Alejandro Ignacio Valladares Amaya
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